Los tratamientos de Keratina han sido muy populares durante décadas en la industria capilar, pues después de dos a tres horas en el salón de belleza, el cabello sale lacio, sin frizz, y se mantiene así por hasta seis meses, de acuerdo con el producto usado y el tipo de pelo.

Sin embargo, una preocupación constante, tanto de quienes aplican el producto como de los que lo reciben, ha sido que uno de los ingredientes principales es el formol.

Componente de mayor toxicidad en el proceso y así que este compuesto químico, si no es bien usado, puede irritar las vías respiratorias y los ojos en el momento de la aplicación. A la larga puede causar daños en los folículos pilosos y en la hebra capilar.

También podemos decir que todos estos productos han demostrado contener el componente cancerígeno “formaldehído”, en niveles altísimos de hasta cinco veces por encima del límite legal.

Se Descubre que los formaldehído es un componente cancerígeno que estudios han comprobado que el formaldehído se mantiene en estado líquido, como formalina. Pero cuando se calienta durante un tratamiento capilar, el formaldehído se convierte en gas y se vuelve inestable y altamente peligroso si se inhala o absorbe.

Incluso manteniéndose en niveles bajos, este cancerígeno es capaz de causar irritaciones en la piel y los ojos e incluso puede llegar a interrumpir el embarazo o causar mareos.

A niveles más altos, a través de la exposición crónica, el formaldehído puede propiciar la formación de cánceres respiratorios y sanguíneos como la leucemia y los linfomas.